El gerente de Industrias de la Corporación Solsica, Abelardo Mezonni, señaló que Venezuela cuenta con un gran potencial para generar electricidad a través de estos sistemas.

La energía solar es una fuente de energía limpia y sostenible, que cada día gana mayor protagonismo en todo el mundo, con diseños más simples y eficaces tanto para las instalaciones térmicas (que calientan un fluido para obtener vapor de agua y mover una turbina para generar electricidad) como las de paneles fotovoltaicos.

Así lo afirmó el experto en soluciones eléctricas, Abelardo Mezzoni, quien señaló que los sistemas fotovoltaicos en el futuro serán más económicos, ligeros y flexibles lo que permitirá su uso no solo en construcciones, sino en vehículos e incluso en la ropa.

“Se están haciendo estudios para utilizar materiales alternos al silicio para aprovechar mejor la luz del sol, e incluso la energía que irradian los paneles en la noche después de muchas horas de exposición”, manifestó Mezonni, quien se desempeña como gerente de Industria de la Corporación Solsica.

Resaltó que existen experiencias exitosas del uso de los actuales sistemas fotovoltaicos en países como China, Estados Unidos, India o Japón, y que para Venezuela el apostar por esta forma de generar electricidad constituye una oportunidad para disminuir las fallas eléctricas del sistema convencional, y así asegurar tanto la operatividad de las empresas como la calidad de vida de los ciudadanos.

La opción para Venezuela

Consultado específicamente sobre cómo podría aplicar este modelo en el caso venezolano, en donde, aunado a la inestabilidad del sistema eléctrico público, se suma la lejanía de algunos poblados a centros donde se distribuye la electricidad, destacó que podría representar la mejor opción de energía alternativa.

Mezonni recordó que según el mapa del Atlas Global de Energía Renovable, Venezuela es uno de los países de Latinoamérica con mayor potencial para generar energía solar: cerca de 236 vatios por metro cuadrado, sólo 40 puntos por debajo del desierto de Atacama en Chile, la zona con mayor capacidad en el continente.

“Los paneles solares pueden potenciar la productividad y desarrollo de la industria en el país, especialmente las que se encuentren en zonas de altas temperaturas y alejadas de los centros de energía eléctrica como Nueva Esparta, Zulia y Falcón, así como las regiones de la Cordillera Andina y de Guayana”, comentó.

Destacó que el sector privado tiene la alternativa de invertir en  energía solar “como  parte de una estrategia de ampliar su producción, de asegurarse el fluido eléctrico y de hacer sostenibles sus operaciones”.

¿Qué está disponible en la actualidad?

Mezzoni explicó que la corporación para la cual trabaja, que se especializa en ofrecer un servicio continuo a los sistemas que soportan la infraestructura crítica, dispone paneles solares rectangulares de dos tamaños. “El primero mide 1,65 metros de largo por 99,2 centímetros de ancho, genera 320 vatios y pesa 19 kilos, mientras el otro mide 1,9 metros de largo por 1,13 metros, genera 450 vatios, y pesa 24 kilos”, precisó.

Comentó que se requiere de la asesoría técnica de expertos para hacer un estimado del consumo necesario y determinar la cantidad de paneles que se requerirán, a su vez dependiendo del uso que se vaya a dar al sistema de energía solar: industrial, comercial o residencial.

Aunque el costo de los sistemas fotovoltaicos de calidad no es bajo, sí es más rentable que una planta eléctrica en el mismo período de uso. “Además, necesitan mantenimiento mínimo y tienen una vida útil de unos 25 años”, acotó.

El gerente de Solsica, recordó que también es necesario sumar a los paneles un conversor de energía y baterías para almacenar la electricidad, para poder contar con la disponibilidad y suficiencia energética que necesite la residencia o la empresa que lo instale.